miércoles, 8 de agosto de 2012

Encender la lamparita otra vez


Julio pasó a la velocidad de la luz. Luego de estas efímeras vacaciones, he vuelto a deambular aquí y por lo que se puede observar, este blog  esta más lleno de ideas que de contenido. Por eso volví. Para traer las historias más innecesarias que un estudiante puede leer! ¿Por qué innecesarias? Por  la simple razón de que las historias aquí contadas no tienen el afán de informar sobre el caos que el mundo, fuera de los libros, nos ofrece. Sin embargo,  la idea capital de este espacio es contar las buenas y las malas que nos ofrece la esfera educativa en la que estamos inmersos.

Las buenas, por un lado, son que volvemos al último cuatrimestre del año y  que falta menos para el verano! Para algunos es el último cuatrimestre de la carrera… y eso, pese a la nostalgia que puede ocasionar el fin de una etapa, es buenísimo. Para otros, simplemente es un cuatrimestre más. Pero eso no es malo, sino todo lo contrario. Es la etapa del reencuentro con esos compañeros medios zombis, a los que despediste en junio y que ahora vuelven con caras mas humana, con los ánimos totalmente renovados,  listos para afrontar la última etapa de este 2012.

Pero como la moneda tiene doble cara, también existe una parte mala. Esta es la parte en la que se deben sacar  finales, en las que se deben rendir  los últimos parciales, es la vuelta a la rutina. Adiós a los almuerzos familiares, adiós a los asados domingueros, adiós a los ratos de ocio sin culpa, adiós a los “almuerzayunos”, adiós a las salidas de entresemana sin culpa...adiós, hasta diciembre.

Volvemos a nuestros hogares estudiantiles. Volvemos a convivir con gente que no es nuestra familia, que no es nuestra pareja, que – a veces – ni siquiera es nuestro compañero de facultad. Volvemos a vivir con un extraño que, al mismo tiempo, es  todo lo anterior pero no es nada de eso.
 Otra vez pagar los impuestos, otra vez  poner el despertador, otra vez un escritorio lleno de fotocopias, otra vez hacer las compras, otra vez hacer la comida, otra vez comer a cualquier hora, otra vez estar apurados, otra vez leer libros aburridos, otra vez dormir tres horas diarias, otra vez, otra vez, otra vez … extrañar a mamá!

Para los que viajan es un poquito peor. Otra vez  viajar en colectivo o trafic por las distintas ciudades de nuestro Alto Valle. Salir de casa tres horas antes y llegar a casa tres horas después.  Otra vez, viajar con más de quince desconocidos. Otra vez enterarte de los problemas de personas que no conoces y otra vez gente desconcentrándote mientras intentas leer para un parcial. Otra vez viviendo sobre cuatro ruedas, ver tu vida pasar entre colectivo- o trafic -  facultad y utilizar la casa de tus padres sólo para dormir. En fin, volver a ser pasajeros en “transito perpetuo”, diría  un genio musical.

Y así, con menos ganas y más paciencia, retornamos a la vida estudiantil. El segundo cuatrimestre, da miedo pero nos esperan buenas alternativas: una semana del estudiante, un comienzo de primavera, un octubre con feriados, noviembre siempre es complicado pero cuando termina siempre hay un gran diciembre esperando. Con las promesas de nuevos post más interesantes y mejores que el que acaban de leer, dejo de escribir en este punto.

Comenten, critiquen, construyan, disfruten de la libertad y tengan un buen cuatrimestre que falta poquito para terminar. Buona vitta.

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