miércoles, 4 de julio de 2012

Mi Ventana Iluminada

El martes de un mes de julio que llegó resfriado, una ventana iluminada interrumpe la noche invernal de alguna ciudad del Alto Valle de Rio Negro y Neuquén. Detrás de ese cristal iluminado yace una estudiante que pelea contra su autocritica y sus ganas de dormir. Y se resigna. Está empapada de eso que se conoce como “la vida universitaria”.

No se queja, pero sabe que seria muy feliz si le hiciera caso a ese sueño que la tienta y la invita a disfrutar de la cama más cómoda y cálida del mundo. Pero no. El Blog debería haberse terminado ayer. Los minutos perdidos la condenan a otra hora de insomnio.

Intenta no resignarse, sabe que es lo debe hacer. También sabe, que no va a poder dormir tranquila hasta que dicho trabajo esté terminado. Y reniega consigo misma, con la universidad, con la cátedra y con esa maldita hora en que se decidió a estudiar tan noble y honorifica carrera. Si, es una relación de amor odio que no descasa.

Las horas pasan. La presión sigue. Los ojos rojos. La tarea no está terminada.
Las circunstancias la exasperan. Su ignorancia sobre el mundo blog es tan absoluta que intenta encontrar un oasis pero, en vez de eso, solo encuentra más arena. Y si, un granito de arena puede contribuir, pero nadie puede negarle, que esa sensación de no entender es desesperante; y peor aún, más desesperante es no saber hacia dónde ir.

Perdida, con frio, con sueño ¿Hay algo más triste que eso?
El panorama era obscuro. Las ideas no venían, los parpados se cerraban, ya no había café, en la calle solo se escuchaba el ladrido de un perro y el trabajo de todas formas se entregaría tarde. El reloj marca las 04:31 de una de las madrugadas más frescas del año.

Está en crisis. La hoja de papel digital aún está en blanco, las horas siguen pasando y se pregunta con cierta indignación (quizás, provocada por la frustración) "¿Para qué necesito un blog? Si yo con un cuaderno y una lapicera soy feliz".

Sentía rechazo. No solo por que no encontraba la llavecita del portal para adentrarse definitivamente en el ciberespacio, sino porque también ese proyecto acababa con esos planes de relax que vienen de la mano junto con los primeros días de julio.

Cuando el receso invernal tocaba la puerta que liberaría a los estudiantes de sus presiones facultativas, desde una cátedra, le recordaron que en la vida universitaria no se descansa antes de tiempo y que las tareas de la última clase son tan importantes como la primera, que casualmente en este caso había sido: "escribir el proyecto de blog".

Pese al enojo mezclado con frustración, la estudiante finalmente logra su cometido.Luego de una larga noche de insomnio, amor, odio y variadas reflexiones, la hoja fue escrita. Los errores serán corregidos luego, pero la primera nota estaba hecha. El amor y la tranquilidad, volvieron. El sueño siguió latente.

Su bienvenida para ocupar ese ínfimo lugar en el universo web no fue la esperada, de todas maneras, ya no interesaba. Quedará en su lista de cosas pendientes, hacer un decálogo que evite el sufrimiento de futuros blogueros; pero eso, le corresponderá a otra noche de desvelo. En ese momento, ella era feliz con la idea de apagar esa luz que iluminaba su ventana e irse a descansar.

Finalmente, esta es la triste y feliz historia del comienzo de mi experiencia bloguera . Una ventana iluminada, en alguna obscura madrugada, así como lo describe el relato del gran cuentista argentino que le da el nombre a este blog.


Pasen, lean, comenten, critiquen, construyan y disfruten de la libertad. Buona vita!